header

El TEPJF inaugura el Congreso Internacional de Derechos Humanos “Igualdad y Democracia”

11/diciembre /2018 / Sala Superior 418/2018

Ciudad de México

  • La magistrada presidenta del TEPJF, Janine M. Otálora Malassis, indicó que la democracia es la vía para equilibrar las asimetrías de poder y lograr que todas las personas estén en condiciones de diseñar y ejecutar un proyecto de vida
  • La magistrada de la Sala Superior, Mónica Aralí Soto Fregoso, dijo que, en el marco del 70 Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, el TEPJF reconoce que los derechos humanos son los componentes fundamentales de una sociedad democrática, libre y en paz

La magistrada presidenta de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine M. Otálora Malassis, señaló que la democracia es la vía para equilibrar las asimetrías de poder y lograr que todas las personas estén en condiciones de diseñar y ejecutar un proyecto de vida y que no dependan de la suerte de nacer en un contexto afortunado o no afortunado.

Al participar en la inauguración del Congreso Internacional de Derechos Humanos “Igualdad y Democracia”, Otálora Malassis sostuvo que “la aspiración de la igualdad es construir otredades armoniosas y empáticas entre sí, con cabida en el espacio público. La democracia es lo que da entrada, en términos políticos y de representación, a la otredad, a sus proyectos y posturas”.

Durante su intervención, la magistrada presidenta del TEPJF señaló que la igualdad es lo que sostiene el andamiaje jurídico y moral de los derechos humanos y que la democracia es el sistema que permite su ejercicio. Asimismo, indicó que la dignidad es la cualidad que hace a cualquier persona merecedora de tener derechos, así nadie, sea cual sea su sexo, género, religión, raza, origen étnico, discapacidades, preferencias u orientación sexual puede ser despojada o despojado de ese derecho a tener derechos.

En el caso específico de las mujeres, subrayó que “la universalidad se materializa en la posibilidad de que las mujeres y sus intereses sean realmente representados, en que puedan votar, ser electas y ejercer un cargo público, todo ello en condiciones de igualdad y libres de violencia. Se materializa en leyes, políticas públicas y sentencias que reconozcan sus derechos y transformen las estructuras que no les permiten ejercerlos en plenitud”.

Otálora Malassis indicó que la insistencia por alcanzar la igualdad encuentra justificación fáctica en el hecho de que es una aspiración que aún no se encuentra concluida, en especial porque los derechos humanos no pueden ser una promesa incumplida, y esta aseveración es tan vigente que hoy, en el ámbito político-electoral, se siguen planteando, en sede judicial, conflictos relacionados con la paridad y la violencia política en razón del género.

“Lo he dicho en muchas oportunidades, está en manos de las autoridades hacer que esto cambie, y justamente la Declaración Universal y los tratados internacionales, constituyen una herramienta para ello, y es nuestra obligación, como funcionarias y funcionarios del Estado mexicano, garantizar a cada una de las mujeres y a cada uno de los hombres que están también en situación de desigualdad, una vida digna en México”, afirmó Otálora Malassis.

La magistrada de la Sala Superior, Mónica Aralí Soto Fregoso, comentó que en el marco del 70 Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el TEPJF hace un reconocimiento a la lucha imparable de los estados, organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil, defensoras y defensores de los derechos humanos y a la sociedad en general para lograr un ejercicio pleno y efectivo de estos derechos, que son los componentes fundamentales de una sociedad democrática, libre y en paz.

“Hoy hacemos una pausa para reflexionar sobre el avance que ha habido en la humanidad y en nuestro país, en América Latina respecto del ejercicio pleno y la visión, la conceptualización y el ejercicio real de los derechos humanos”, señaló al participar en el acto inaugural del Congreso Internacional.

Soto Fregoso recordó que en el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se estableció que su contenido debía ser un estándar común, al que deben aspirar todas las personas de todas las naciones, por lo que, a cada persona, en lo individual, y a las sociedades, en lo general, se les debe enseñar y educar en valores que promuevan el respeto a los derechos y libertades contenidos en ella.

“En este contexto nos encontramos hoy cumpliendo con el mandato que señala este documento universal, que las naciones libres y democráticas deben impulsar, promover y trabajar para lograr sus objetivos y sus valores más esenciales a favor de la dignidad humana”, recalcó la magistrada de la Sala Superior.

En la ceremonia inaugural participaron también la coordinadora de las Organizaciones Tierra de Derechos y Fórum, Justicia Brasil, Elida de Olvera; la Académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Georgina Cárdenas; y la presidenta del Instituto de Investigaciones y Estudios de Cultura de Derechos Humanos, Rosy Laura Castellanos Mariano.