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Palabras de la magistrada presidenta del TEPJF, Janine M. Otálora Malassis, con motivo del inicio del proceso electoral federal 2017-2018

11/septiembre/2017 / Sala Superior 172/2017

Ciudad de México

 

El pasado viernes 8 de septiembre dio inicio el proceso electoral federal 2017-2018, junto con el cual habrán de concurrir comicios en 30 entidades federativas, que convocarán a las urnas a cerca de 89 millones de mexicanas y mexicanos.

La complejidad y extraordinaria dimensión de estos comicios que afrontará nuestro país derivan en una serie de retos a los que se van a enfrentar las autoridades administrativas, federal y locales, encargadas de la organización electoral.

A su vez, las autoridades jurisdiccionales enfrentaremos un incremento considerable en el número de impugnaciones y en los temas novedosos que serán puestos a nuestra consideración, además de periodos muy breves para su resolución.

Por ello, antes de levantar esta sesión, en nombre de las magistradas y magistrados de la Sala Superior y de las salas regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, queremos aprovechar esta oportunidad para enviar un mensaje a la ciudadanía.

El primero de ellos es que tengan plena confianza en el trabajo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, nuestra prioridad es garantizar el Estado de derecho y consecuentemente los derechos político-electorales de las mexicanas y los mexicanos, en tanto precondiciones de toda democracia.

El Tribunal Electoral cumplirá con su mandato constitucional estando a la altura de su encargo y de la confianza ciudadana; resolverá todas las impugnaciones en tiempo y forma, con estricto apego a las normas y principios constitucionales y convencionales, garantizando siempre que cada voto cuente.

El Tribunal está preparado, está listo, para resolver con plena independencia y autonomía guiándose por los principios constitucionales, brindando certeza y legalidad en los 30 procesos electorales.

Nuestra labor reclama un compromiso que es y será constantemente evaluado. Nuestro quehacer está expuesto al escrutinio público, lo que resulta indispensable para fortalecernos como institución garante de derechos. Así nos hacemos cargo de la gran responsabilidad que está en nuestras manos.

Los ojos de las y los mexicanos, así como de actores y organismos internacionales estarán puestos en las autoridades electorales.

El segundo mensaje que queremos mandar es la necesidad de que todas y todos los mexicanos, sin excepción, respaldemos nuestra democracia, que es el logro de las generaciones que nos precedan y el patrimonio de las generaciones que vendrán después.

La democracia es el único sistema que da cabida a los derechos humanos, le da prioridad a una solución pacífica de las diferencias y a las disputas por el poder. Las elecciones son, precisamente, el mecanismo que permite dirimir esos conflictos y garantizar la representación, los derechos y las libertades de todas y todos los ciudadanos.

Su funcionamiento, en ocasiones, puede generar debates intensos, procesos ríspidos, altamente competidos y con un importante grado de incertidumbre en cuanto a sus resultados. Todos estos son fenómenos propios de una democracia sólida y deben ser vistos como parte de ella.

México tiene todo lo que necesita para que los procesos complejos sean resueltos dentro de la paz social.

Una democracia para ser funcional requiere de autoridades independientes, fuertes y autónomas, capaces de actuar por encima de las disputas políticas.

Si bien este Tribunal Electoral resuelve conflictos políticos, no es un espacio para la continuación de la política.

Nuestro Tribunal ha evolucionado y se ha fortalecido a la par del sistema democrático de nuestro país. Se ha convertido en una institución sólida, capaz de brindar tranquilidad a la ciudadanía mediante la defensa y protección de sus derechos político-electorales.

Además de estos dos mensajes, queremos exhortas a las y a los ciudadanos a vivir y hacer suya nuestra democracia. Hace más de cien años, Francisco I. Madero escribió que “el medio más eficaz de evitar la pérdida de los derechos políticos es ejercitarlos” .

Los invitamos a ejercer sus derechos de votar y ser votado, de libertad de expresión y de crítica; a practicar valores democráticos como el diálogo, la tolerancia y la reflexión, porque al final de cuentas la democracia debe ser un ejercicio de razón.

Por último, queremos subrayar que el Tribunal Electoral reconoce los retos que enfrenta de cara a los procesos electorales y se hace cargo de ellos.

Sabemos que la claridad de la consistencia en los criterios jurídicos a partir de los cuales se resuelven los diferendos que surjan en la contienda electoral, son componentes esenciales sin los cuales no podrá fortalecerse la percepción pública de que este Tribunal opera por encima de las coyunturas y luchas partidistas.

Existe, pues, conciencia institucional de que la confianza ciudadana en los procesos electorales, sus resultados y en última instancia la legitimidad del circuito democrático en su conjunto, dependerá de que nuestra actuación pueda hacer frente exitosamente a los desafíos de los próximos meses.

Que no haya duda alguna, cumpliremos con nuestro papel de Tribunal Constitucional, así como con nuestra encomienda de brindar protección a los derechos de las y los mexicanos, garantizaremos la participación equitativa de todos los actores políticos y así contribuiremos al éxito de este ejercicio democrático.