La intrincada relación entre la libertad de expresión y el ejercicio periodístico con la violencia política de género (VPG) reside en que la violencia no es una propiedad exclusiva de ciertas manifestaciones, sino que se distribuye entre los actos y sus contextos. Una misma expresión puede aparecer violenta o no, en función del espacio y circunstancia en que se emiten.
En efecto, de manera alguna podrá ser una constante: es que la VPG sea instrumento para silenciar a la prensa o al periodismo. La tutela del derecho a una vida libre de violencia y la participación política de las mujeres es interdependiente del ejercicio de otros derechos humanos, como el de la libertad de expresión y del periodismo...