Fue un gran logro la reforma constitucional que suspendiera el derecho a ser votadas de las personas que hubieran cometido violencia sexual, violencia familiar o agresiones de género, delitos sexuales, incumplimiento a los deberes alimentarios, así como por violencia política de género en 2023.
Ahora ante los procesos electorales toca que sea efectiva, que se ejecute y que no solo sea una buena intención que quede en la Constitución (1) como cuestión formal. Es importante dotarla de dinamismo, de eficacia, que cumpla con su finalidad, es decir, que tenga efectos inhibidores de las violencias y un alcance, en corto plazo de su erradicación, al menos en el campo del ejercicio de los derechos políticos...