Tener derechos no significa nada si no se convierten en posibilidades. Los HB tienen tantas y de forma extra. Han conseguido demasiadas, que pareciera que, sin conciencia real, las tienen a través de robárselas a otras personas. Ello concuerda con lo señalado por Alexander Ceciliasson: “Los hombres blancos no tenemos ningún conocimiento o experiencia empírica ni emocional de ser discriminados. Esa es la verdad”.
Por eso, lo primero que tenemos que hacer los HB es admitir nuestras extraoportunidades, es decir, los privilegios. Y es que no se trata de otorgar o dar más poder a los otros grupos de la sociedad, sino de reducir el nuestro. Porque el poder no es exclusivo, ni se reparte en migajas, sino se comparte...